Athos, Porthos y Aramis

domingo, 3 de julio de 2016

Primeras conclusiones



Hemos visto en los artículos anteriores que:

·        La única explicación razonable a que algo exista (el ordenador…) es Dios, el resto de supuestas soluciones siempre conducen al absurdo.

·        Religión es lo que establece una relación auténtica con el Dios verdadero. 

·    Las condiciones para que una religión sea verdadera son: que provenga de la Revelación de Dios; que sea probada de forma concluyente con milagros; y que tenga un medio que garantice su transmisión.

·        Finalmente, sólo la Iglesia Católica cumple estas condiciones y, por tanto, solo ella puede aspirar a ser reconocida como la religión verdadera.

Las respuestas a las grandes preguntas nos las ha dado el mismo Dios y las encontramos en Su Revelación, conservada y transmitida de forma inalterable por la Iglesia durante siglos.





En los próximos artículos abordaremos la última parte de esta Guía, en concreto:

         Cómo es Dios
         Quién es Cristo
         Qué ha dicho Cristo sobre Dios, y sobre sí mismo.
         Qué ha dicho Dios sobre cómo tienen que ser sus discípulos y su Iglesia.

Los Tres Mosqueteros.

miércoles, 29 de junio de 2016

Revisando las religiones




En el artículo anterior concluíamos en que la religión verdadera ha de cumplir estas tres condiciones.

1ª. Proceder por Revelación. (Sólo Dios puede decirnos cómo es, qué quiere de nosotros, etc.)

2ª. Ser probada de manera concluyente por los milagros. (Cualquiera puede decir que es enviado de Dios, pero tiene que probarlo).

3ª. Tener un medio que garantice su transmisión a través de los siglos. (Pues de no ser así en poco tiempo la Revelación sería inútil: no habría medio de conocerla).

Basta hacer un rápido examen de las religiones más extendidas para ver que ninguna cumple todas las anteriores condiciones, excepto la Católica.

Veamos:

El islam: sólo tenemos la palabra de Mahoma. Él nunca hizo un milagro que acreditase su condición de enviado. Es más, Mahoma, consciente de este problema, intentó acreditarse diciendo que Alá no le había concedido el poder de hacer milagros.

El budismo: Buda nunca dijo que fuera Dios ni enviado de Dios. Mucho tiempo después sus discípulos lo convirtieron en un dios, convirtiendo en religión lo que Buda sólo quiso crear como filosofía de vida (de hecho, muchos autores dicen que Buda era ateo).

El hinduismo. Es un conjunto de leyendas sobre una pluralidad de dioses. Un sincretismo de numerosas creencias incluso contradictorias. Cada rama cree en su propio dios, y todas consideran al suyo como el principal, pero todos los dioses “valen”. 

Los judíos fueron la religión verdadera hasta la llegada de Jesucristo; a partir de ahí no, pues no le creyeron.

Los protestantes no tienen medio de saber cuál es la verdadera doctrina. De hecho, ni ellos se ponen de acuerdo. Cada uno interpreta a su manera la doctrina de Cristo, incluso de forma contradictoria entre ellos. Dicen, por ejemplo, que creen sólo las Escrituras, y a continuación niegan (a los católicos entre otros) el derecho a su propia interpretación.

Y algo semejante podemos decir de los ortodoxos: no tienen un medio de saber cuál es la verdadera doctrina.
Sólo el catolicismo cumple las tres condiciones:

1ª. Es revelada por Dios (primero mediante los profetas, finalmente por Cristo). 

2ª. Probada de manera concluyente: Cristo probó su misión con numerosos milagros, y sobre todo con el milagro de los milagros, su auto-resurrección. 

3ª. Tener un medio que garantice la verdad con certeza a través de los siglos: la Iglesia Católica lo tiene, la infalibilidad papal que ─ porque Dios así lo dispuso ─ garantiza la transmisión sin error de la doctrina que Cristo enseñó.



Sólo la Iglesia Católica puede, pues, aspirar a ser reconocida como la religión verdadera, y solo ella puede, con fundamento, dar respuesta a las grandes preguntas. 

Los Tres Mosqueteros


Nota:  Hay que saber que a partir de Cristo la prueba de los milagros como señal de  autenticidad de una religión ya no es válida, pues Él ya nos avisó que vendrían falsos profetas que harían grandes prodigios y señales, y que no había que creerles. Por tanto, a partir de Él, si alguien predica lo contrario que Él, aunque haga milagros no hay que creerle. 
Dijo Cristo:«Entonces, si alguno os dice: “Mirad, el Cristo está aquí o allí", no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos«. (Mt 24, 22-24).
Por eso aunque venga alguien que hiciera bajar a la luna... no habría que creerle.

lunes, 27 de junio de 2016

¿Cuál es la religión verdadera?

Lo esencial de la religión es que establezca una relación auténtica con el Dios verdadero.

Así que sólo puede haber una religión verdadera: la que el propio Dios haya revelado. ¿Cómo saber cuál es?

Hay miles de religiones, y tendríamos que examinarlas todas con detalle, lo cual es inviable en la corta vida de un hombre. Debería haber una manera al alcance de cualquiera para saber cuál es la religión verdadera.

La razón nos dice que la religión verdadera ha de cumplir estas tres condiciones:         

1ª. Proceder de la Revelación. Sólo Dios puede decirnos cómo es, qué quiere de nosotros, etc.
2ª. Ser probada de manera concluyente. Cualquiera puede decir que es Dios o enviado de Dios, pero tiene que probarlo. Y esta prueba son los milagros, que es algo que solo Dios puede hacer.
3ª. Tener un medio que garantice su transmisión a través de los siglos. De no ser así en poco tiempo la Revelación sería inútil: no habría medio de conocerla.


La religión que cumpla estas tres condiciones podría aspirar a ser reconocida como la verdadera.

Los Tres Mosqueteros

miércoles, 22 de junio de 2016

La solución

En el anterior artículo planteamos el dilema al que nos lleva siempre la “cadena”: o nos quedamos con el absurdo o buscamos una solución. Lógicamente, rechazamos el absurdo y nos quedamos buscando la solución a la cuestión de por qué existen las cosas.

Sabemos que la solución no está en la cadena, así que hay que buscarla fuera de ella. Esto nos exige (por así decirlo) “saltar de plano” sin abandonar, por supuesto, la racionalidad. Ahora bien, ¿cómo?

Solo hay una posibilidad: que exista un ser que tenga la razón de existir en sí mismo. Un Ser que sea la razón última de todo lo que existe (por ejemplo el ordenador del primer artículo). Un ser espiritual, necesario, único e infinito, causa última de todo lo que existe.

Esta es una solución por exclusión: todas las posibles opciones llevan al absurdo menos esta. Es una idea inabarcable para la mente, pero es lógica (un Dios creador) y racional (no repugna a la inteligencia). Y si todas las posibles soluciones llevan al absurdo, excepto una que es lógica y que explica todo, la única postura honesta es aceptarla.

A esta solución la llamaremos DIOS.

Y si hablamos de dios tenemos que hablar de religión (o religiones) pero eso lo dejamos para el miércoles.


Los Tres Mosqueteros

Dos conceptos de religión

En artículos anteriores decíamos que sólo hay dos respuestas a las grandes preguntas: la de los incrédulos y la de los creyentes, y hemos visto que solo esta última da respuesta al hecho de que exista el universo.
Por tanto, dado que Dios existe, hablaremos de religión. Por eso debemos detenernos un momento en definir bien qué es religión.
Hay un doble concepto de religión.
Primer concepto:
Religión es un conjunto de creencias acerca de la divinidad, de normas morales, de ritos, etc., sean cuales fueren.
Segundo concepto:
Religión es lo que establece una relación auténtica con el Dios verdadero.

La palabra “religión” viene del latín religio compuesta de re (prefijo de intensidad) y ligare (unir) por lo que religión viene a significar “unir fuertemente”. ¿A qué o a quién? Pues a la Divinidad, al Dios verdadero. Es decir, religión es: Lo que une al hombre con Dios.

Por tanto, lo esencial de la religión es que establezca una relación auténtica con el Dios verdadero. No tiene importancia que esta sea bella o agradable o alegre; o que sea “moderna”; o que esté o no de acuerdo con los tiempos, etc., sino que una con el Dios verdadero.

En conclusión, el segundo concepto es el que debemos considerar aquí pues es el que atiende a lo esencial: unir a Dios.

Pero ¿qué religión es la que me une a Dios?

Los tres mosqueteros

miércoles, 15 de junio de 2016

La "cadena"



El anterior artículo lo terminamos con esta afirmación:

Si Dios no existe, el ordenador que tienes delante se ha puesto ahí solo.
Esta frase es cierta, pero los dos sabemos que el ordenador no se ha puesto sólo. ¿Entonces?
Lo más probable es que haya sido usted quién puso el ordenador. Pero antes de ponerlo lo compraría en una tienda. Y el de la tienda lo trajo de la fábrica donde alguien lo fabricó, que a su vez usó unas piezas que fueron hechas de… Así podríamos seguir hacia atrás en el tiempo en una larga “cadena” de seres finitos cuya existencia siempre es causada por otro anterior.

¿Hasta cuándo? Da igual.

  • Porque por larga que sea esa cadena de seres en ella no está la razón de por qué existe nada. Si cogemos un elemento cualquiera de la cadena, en él no está la razón de su existencia, pues proviene de uno anterior. ¡Y así con todos!
  • Hay quien dice ─como si fuera solución─ que "la cadena de seres es infinita”. Es evidente que la cadena de seres no puede ser infinita pues de ser así para llegar al día de hoy debería haber transcurrido ya un tiempo infinito lo cual  es una contradicción.
  • Por último, la cadena tampoco puede haber "surgido de la nada", pues de la nada no puede surgir nada.

Por tanto, la cadena siempre nos conduce a un absurdo, lo cual nos lleva a un dilema:
  • o nos quedamos con un absurdo.
  • o buscamos una solución.
Quedarse con el absurdo no es de personas racionales.
Hay que buscar una solución racional.

Pero... ¿cuál?

La veremos el lunes

Los Tres Mosqueteros

domingo, 12 de junio de 2016

Dos tipos de respuestas



Muchos podrán pensar que ante las grandes preguntas del hombre (de dónde vengo, a dónde voy, para qué vivo...) habrá habido en la historia de la humanidad infinidad de respuestas: cada filósofo, pensador... podría tener una.

Pero, en realidad, es fácil comprobar cómo todas ellas se reducen a estas dos clases de respuestas:

- La de los incrédulos: este Universo es lo único que existe; no hay  nada más.

- La de los creyentes: existe un Ser infinito causa última de todas las cosas. 



Los incrédulos lo primero que han explicar es cómo es que existe el universo, pues no tienen ninguna respuesta razonable, siempre terminan en el absurdo.

La respuesta religiosa es respuesta racional y explica por qué existen las cosas.

Como estas dos afirmaciones son importantes es lógico pedir que las justifiquemos y así lo haremos en los próximos artículos.

Para ello empezaremos planteando esta cuestión:
Si Dios no existe, el ordenador que tienes delante se ha colocado ahí solo.
¿Por qué es esto así?

Los Tres Mosqueteros